EL TRIGO es un elemento fundamental en la mayoría de las dietas occidentales, por lo que normalmente no se le tiene catalogado como causante de enfermedades.
Sin embargo, existen investigaciones que han demostrado que cuando existe intolerancia a los compuestos dentro del grano, se pueden causar graves problemas neurológicos, incluyendo ataques psicóticos.
Resulta que, lejos de ser un alimento benigno, al trigo se le ha relacionado con la esquizofrenia, el trastorno bipolar e incluso con enfermedades como la esclerosis múltiple y la enfermedad de Alzheimer.
Los PELIGROS del TRIGO
Uno de los principales compuestos que se hallan en el trigo, culpable de dañar la salud, es la Aglutinina de Germen de Trigo (WGA, por sus siglas en inglés), una categoría de lectinas.
No importa que el trigo se hierva, se cocine o se germine, estos compuestos permanecen intactos. Pequeñas y difíciles de digerir, las lectinas pueden acumularse en tu cuerpo y causar estragos en tu salud física y tu bienestar mental.
El WGA es neurotóxico, atraviesa la barrera hematoencefálica y se adhiere a la corteza de mielina, lo que ocasiona que inhiba el crecimiento del nervio, lo que representa una consideración importante para quienes sufren de enfermedades neurológicas degenerativas como la esclerosis múltiple y la enfermedad de Alzheimer.
Las lectinas también destruyen las vellosidades en el tracto intestinal, ocasionando la creación de una inflamación permanente y de un intestino permeable. Y puesto que existe una fuerte conexión entre el intestino y el cerebro a través del nervio vago, la mala salud intestinal afecta fuertemente a tu mente, a tu estado de ánimo y a tu comportamiento.
Al intestino también se le considera un “segundo cerebro”, y de hecho puede fabricar y distribuir neurotransmisores para sentirse bien, tales como la serotonina. Por lo tanto, si se dificulta el funcionamiento normal del tracto intestinal, la producción de serotonina bajará, junto con la estabilidad de los estados mentales.
Además del WGA, el trigo contiene gluten, que está plenamente identificado como causante y agravante de la enfermedad celíaca y, ahora cada vez más, de los trastornos neurológicos.
Según el investigador Sayer Ji, las ramificaciones negativas del gluten son muy fuertes en las personas con autismo o esquizofrenia:
“Es posible, incluso probable, que el trigo ejerza influencias farmacológicas en todas las personas. Lo que distingue al individuo esquizofrénico o autista de el consumidor de trigo funcional es el grado en que se ven afectados”
Incluso cuando no se sufre de una enfermedad mental manifiesta o intolerancia al gluten, sería conveniente hacer una pausa y considerar las consecuencias invisibles del consumo de trigo. Deja de consumir harina de trigo y pan por un tiempo. Y decide si vale la pena poner en riesgo el futuro de tu salud mental y física.
Sabel Todd